El libro es la caja de Pandora
que nos llevará a mundos insospechados.
¿Qué mundo agradará a cada
visitante de un libro?
Sin duda miles de mundos querrán
ser descubiertos, tal vez deseemos leer cosas muy diferentes para conocer cada
uno su mundo; y en esas diferencias, hasta podríamos preguntarnos si TODOS
DESEAMOS LEER.
El vértigo y la urgencia no
suelen ir de la mano con el placer. Si nos internamos en esta palabra que es la
que nos llevará de la mano plácidamente hasta el deseo del encuentro con el
libro, podríamos recordarla como aquello agradable, satisfactorio y alegre que
nos regocija, pero si además sumamos ese otro significado que pocos recuerdan:
PLACER, “banco de arena llano y extenso en el fondo del mar donde se depositan
partículas de oro u ostras perleras”… entonces todo podrá tomar otra dimensión.
Aceptemos que la recuperación del
instante de placer que nos provoca una lectura, debe ser rescatado, recordado,
nos lleve el tiempo que nos lleve, y que “apuesto un banco de arena lleno de
ostras perleras”, no será tanto.
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